Solo camino poco a poco. Eso no es lento. Ese es el ritmo ahora. Mientras transito desde dentro hacia fuera, me vuelvo a parar un rato ahí, en el fondo hondo, donde parece que no pasa nada y está viviendo todo. Luego, casi seguro que salto al vacío. Me meto en ese hueco que está tan lleno como esta mañana, cuando me despierto de una noche larga y el caracol camina poco a poco. Buscando el ritmo. Ahí estoy mientras no dejo de caminar. Aquieto y me muevo.